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CLIMA

16 de marzo de 2023

Se declaró oficialmente la finalización de La Niña

La fase seca del ciclo climático, en determinadas regiones de Argentina, se extendió por 32 meses afectando a la producción industrial y agrícolo-ganadera.

La Secretaría de Agricultura informó ayer que se «ha declarado oficialmente la finalización del evento La Niña», la fase seca del ciclo climático que en determinadas regiones de la Argentina se extendió por espacio de 32 meses afectando a la producción industrial y agrícola ganadera.

Así se detalló en el último informe elaborado por la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, conformada por diferentes organismos públicos.

En el mismo, se detalla que durante febrero se incrementó en más de un millón de hectáreas la superficie total afectada por sequías, y en 19 millones las hectáreas en categoría «severa».

 

PROVINCIAS

Las provincias con nivel severo de sequía son Santa Fe y Entre Ríos en su totalidad; Chaco, Formosa, Corrientes (Noroeste Argentino -NOA-); el este de Santiago del Estero y de Córdoba; y el centro y norte de la provincia de Buenos Aires.

Respecto a la finalización de La Niña, se señaló que los indicadores oceánico y atmosférico «presentan valores dentro del rango de neutralidad», en tanto «el pronóstico indica una muy alta probabilidad a que se mantenga la fase neutral al menos hasta el inicio del invierno austral».

No obstante, este fenómeno afectó por espacio de hasta 32 meses a las distintas regiones del país, un período que abarcó a tres campañas de producción seguidas.

En el Noreste Argentino (NEA), comprendido por Santiago del Estero, este de Salta y de Jujuy, y Tucumán, La Niña permaneció por 32 meses y registró una «afectación muy fuerte en ganadería con problemas de abastecimiento de agua para bebida animal», y un «impacto en cultivos de verano y en frutales», dice el relevamiento.

En el NOA la duración de la fase seca fue de 30 meses e incidió en «cultivos de soja y maíz, caña de azúcar y en ganadería».

 

PERJUICIOS

La región Centro padeció a La Niña por 16 meses y quedó en la categoría de «sequía severa», sufriendo afectaciones «en cultivos tempranos y tardíos» y un «impacto en horticultura, frutales, animales de granja».

En Cuyo (Mendoza y San Luis), la sequía se consideró «leve», según el informe, pero permaneció 24 meses y trajo problemas «en ganadería, niveles de diques bajos, restricciones en agua de riego».

Finalmente, en La Patagonia (Santa Cruz, norte de Tierra del Fuego y zona cordillerana de Neuquén, Río Negro y Chubut), La Niña estuvo vigente ocho meses y produjo una «merma en pastizales» e «incremento de incendios».

En efecto, el informe advierte «un empeoramiento de las condiciones en áreas que ya estaban afectadas, lo cual se refleja un incremento del impacto sobre sistemas ganaderos, cultivos y población».

 

LLUVIAS

El estudio avizora lluvias para el norte del área afectada por sequía severa, de entre 20 y 40 milímetros (mm), para la corriente semana, del 14 al 20 de marzo, y de 20 a 60 mm para la del 21 al 27 del mismo mes.

Hacia el sur del área en sequía severa los mayores valores de precipitación acumulada se podrían registrar en la próxima semana (20 a 40 mm).

 

Calor, pero sin olas

En cuanto a temperaturas, la región Centro seguiría dentro de un patrón más cálido de lo normal, aunque con menores chances de ocurrencia de olas de calor, según el informe.

En la perspectiva trimestral (marzo-abril-mayo), se prevé que en el área afectada por sequía severa se espera una mayor chance de lluvias normales o inferiores a las normales hacia el norte del Litoral, lluvias normales sobre el centro y oeste de Formosa y Chaco y este de Salta.

«El resto de la región no presenta señal clara en ninguna categoría, por lo que existe igual chance de ocurrencia de lluvias en las tres categorías», dice el estudio, y remarca que «en toda la región afectada por sequía severa se espera que las temperaturas continúen siendo, en promedio, más altas que lo normal».

 

La soja sigue muy golpeada

La ola de calor de las últimas semanas y la falta de lluvias volvieron a golpear a la soja, lo que podría determinar nuevos recortes en la estimación de producción que ubicarían a la campaña 2022/2023 como una de las peores de las últimas dos décadas, cuando la oleaginosa comenzó un fuerte proceso de expansión en el país.

Tras una serie de recortes en la proyección de producción que se dieron la semana pasada y que ubicaron la potencial cosecha de la oleaginosa dentro de un rango de entre 27 y 29 millones de toneladas, las temperaturas extremas que se vivieron en gran parte del área agrícola, junto a la falta de lluvias, hace prever que los ajustes negativos continúen, adelantaron a Télam especialistas del sector.

En su últma estimación mensual, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) recortó la estimación de producción de la oleaginosa en 7,5 millones de toneladas hasta las 27 millones, lo que implicó un merma del 45% respecto al volumen que se esperaba al comienzo de la campaña, estimado en 49 millones de toneladas.

En diálogo con Télam, el jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, Cristian Russo, dijo que tras la difusión de ese informe -realizado el miércoles pasado- «hubo 7 días más sin lluvias en gran parte de la región pampeana», por lo que «hoy tendríamos que estar hablando o considerando un daño del 50% respecto a la cifra inicial de soja».

Para Russo, la sequía que afecta a la campaña agrícola 2022/23 es peor a las registradas en 2008/09 y 2017/18, algo que ubica a la producción argentina «en los dos peores escenarios de los últimos 15 años juntos y potenciados».

«Lamentablemente, en zona núcleo vamos a seguir ajustando, haciendo nuevos recortes. Hay que asumir que ya no estamos hablando de un 45% menos o de 27 millones de toneladas de producción», concluyó Russo.

 

LA PEOR CAMPAÑA.

De confirmarse esta previsión, la presente campaña se consolidará como la peor en lo que va del Siglo XXI, debido a que se ubicaría por debajo de las 27,26 millones de toneladas registradas en el ciclo 2000/2001.

Desde el fuerte comienzo del proceso de expansión de la soja en la Argentina, en los últimos años de la década del 90, la producción de la actual campaña -de no mediar mayores inconvenientes- se ubicaría por encima de los 20,1 millones de toneladas de la campaña 1999/2000, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.

No obstante, no solo cabe señalar las diferencias tecnológicas entre las campañas citadas y la actual, sino que también la diferencia en las hectáreas sembradas: en 2000/2001 la superficie implantada fue de 10,9 millones de hectáreas, contra 16 millones de hectáreas de la campaña actual.

De esta manera, los volúmenes que se obtendrían podrían ubicarse incluso en niveles previos al salto productivo que se dio a finales de la década del ’90 y principios del 2000.

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