Cada año, el descanso estival promueve que las autoridades bonaerenses organicen la seguridad para el traslado, estadía y regreso de los turistas hacia los centros de esparcimiento y recreación en la costa atlántica.
En la temporada 2014, los precandidatos presidenciales por el Frente para la Victoria se disputan frontalmente ese espacio proselitista: el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; y el ministro del Interior y Transporte de la Nación, el bonaerense Florencio Randazzo, dispusieron policías y móviles apostados durante 1.200 Km., hasta y en la costa provincial, mientras gigantografías promocionan sus virtudes para el electoral 2015. La competencia es indisimulada.
En el caso de Scioli, 8.000 policías, 700 móviles, más de 2.100 guardavidas en las playas, 47 puestos de control motorizados, 25 puestos de control de destacamentos móviles, 185 motocicletas, cuatriciclos y vehículos todo terreno y 78 puestos de control formarán parte del Operativo Sol 2013-2014, "sin precedentes en la historia", mientras gigantografías de color naranja afirman, en letras mayúsculas y en color oscuro: "Presidente", sin necesidad de que aparezca el apellido Scioli.
Además hay 4 helicópteros dotados con visión nocturna y cámaras diurnas, 100 patrullas montadas para zonas de bosques y apartados y 2 centros de operaciones tácticas. Según Scioli, hay 250 camionetas equipadas con nuevas tecnologías para identificar el robo de automotores.
La publicidad de Randazzo es más convencional aunque tiene algo a su favor en términos del Frente para la Victoria: sus gigantografías consisten en una foto suya junto a Cristina Fernández de Kirchner.
5 radares fijos en el corredor vial atlántico, 15 radares móviles en puestos de control, 10 radares de banquina y otros 20 puntos de control en el Corredor Vial del Atlántico y autopistas de acceso y egreso a Ciudad de Buenos Aires. También 30 kit con teléfonos inteligentes para la carga de infracción e impresora térmica para labrar multas on line.
El megaoperativo cuenta, entonces, con las fuerzas policiales bonaerenses que desplazó para Scioli el ministro de Seguridad, Alejandro Granados; y los efectivos de Seguridad Vial, del Ministerio del Interior, que esperan en móviles de color celeste con letras blancas.
Hay 2 observaciones iniciales para realizar a las autoridades que organizan estos procedimientos estacionales.
Por un lado, el comportamiento vial adecuado de los ciudadanos no puede circuncribirse a la temporada veraniega. Los conductores conducen, durante su estadía (que, a causa de la crisis económica, es más breve que en años anteriores), tal cual ellos también lo hacen en sus lugares de residencia permanente.
Esto quiere decir que la educación vial y la seguridad vial debe ser permanente, no ocasional.De lo contrario, todo es demagogia populista irrelevante en términos prácticos.
Por otra parte, la seguridad de los ciudadanos no se garantiza estableciendo tantos límites a la velocidad de los vehiculos. Buena parte del recorrido vehicular debe hacerse a velocidades tan ridículamente bajas como 60 Km. por hora, y hasta 80 Km. por hora.
Con un parque automotor relativamente nuevo, circular a esas velocidades en una ruta pareciera resultar un procedimiento administrativo sólo destinado a provocar multas masivas por exceso de velocidad, que alimenten al Fisco provincial.
En verdad, lo que cambiaría la historia es incrementar un carril más para todo el trayecto vial. Las autoridades bonaerenses conocen las bondades del carril adicional y por eso acaban de inauguran uno en la autopista Buenos Aires-La Plata.
Concluyendo su 2do. mandato como gobernador, Scioli no modificó la traza de los caminos hacia la costa, limitándose a organizar cada temporada un oneroso megaoperativo Sol, que queda cuestionado cada vez que ocurre un accidente múltiple, desgracia que es relativamente inevitable porque falta 1 carril más: donde hay 2, debería haber 3; y donde hay 1 (¡¡1!!) debería haber 2. Entonces se forman cuellos de botella en el tránsito, y no falta quien intenta el sobrepaso, motivo frecuente de choques y salidas de ruta.
Un carril adicional sí hubiese hecho historia, Scioli resultaría muy ponderado por todos y le habría dejado algo concreto a los bonaerenses cuando se marche de la Gobernación en diciembre venidero.
Lo mismo va para Randazzo, el gran importador ferroviario de unidades que circulan sobre las vías de siempre. ¿La competencia entre Randazzo y Julio De Vido, quien perdió la Secretaría de Transporte de la Nación, impidió que Vialidad Nacional trabajara junto a Provincia de Buenos Aires en un carril adicional? Elucubraciones para intentar explicar la negligencia, la ausencia de creatividad práctica y el desinterés por mejorar la calidad de vida del ciudadano.
El carril adicional es más efectivo en términos de prevención de accidentes que la presencia de 16 ambulancias en las rutas 2 y 11; los 10 hospitales móviles en San Bernardo, Santa Teresita, Villa Gesell y Mar del Plata; y el helicóptero sanitario para eventuales traslados aéreos.
Hay 2 formas de hacer proselitismo: con show coyuntural o con medidas estructurales que le cambian la vida a los electores. En la Argentina, a menudo, se prefiere la opción espasmódica.
Otro capítulo de la seguridad en temporada de ocio consiste en los controles de alcoholemia, complementadas por la decisión de hasta ofrecer a quienes no consuman alcohol el ingreso gratuito a las discotecas de la costa.
Por supuesto que es interesante e importante que se organicen carpas sanitarias con consejos y orientación para casos de adicciones y charlas y talleres de prevención de enfermedades y abuso de sustancias psicoactivas.
Pero ¿quiénes asisten a esas conferencias?
Para el control de las normativas vinculadas a la nocturnidad se asignan 80 inspectores del Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas (ReBA), 25 alcoholímetros y 9 camionetas, que trabajan tanto en rutas como en distritos turísticos controlando en boliches, bares, locales gastronómicos y comercios.
Los controles de alcoholemia se realizan de día y de noche en ruta 2, ruta 3 y ruta 9, y en los ingresos a las ciudades de San Bernardo, Villa Gesell, Mar del Plata, San Clemente, Santa Teresita y Pinamar.
Todo está muy bien, y Scioli pidió "ojalá que podamos transitar unas fiestas y unas vacaciones en armonía y en paz".
Sin embargo, quienes son adictos tanto al alcohol como a otras sustancias adquirieron sus adicciones antes de llegar a la costa, y el mensaje consiste en controlar todo como para que esas adicciones no provoquen accidentes durante su estadía.
¿Qué esta haciendo esa misma Administración en el Gran Buenos Aires, por ejemplo, para contrarrestar la expansión de las adicciones? En el Operativo Sol se intenta hacer lo que no se hace durante todo el año en esa materia. En un Gran Buenos Aires inundado por las drogas (en Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri tampoco ha demostrado ser ni eficiente ni diligente con el tema. Ni hablar de los alcaldes del GBA, o ex alcaldes, así se incluye a Sergio Massa), se pretende convencer a los adictos que no se droguen durante la semana de ocio...
El compromiso contra las adicciones, para ser exitoso, tiene que ser durante todo el año y en los lugares de residencia, para que cuando el consumidor llegue a la temporada veraniega ya se encuentre informado y concientizado sobre los riesgos y sus consecuencias.
En fin, lo de siempre: mucho show por un voto probable. Por ahora, no mucho más.
Por EDGAR MAINHARDv- Urgente 24